miércoles, junio 22, 2005

Matrimonio y otras cochinadas

Comenta Marvin Harris en su Introducción a la Antropología general, acerca del matrimonio, las siguientes cosillas:
“... La tarea de comprender las variedades de organización doméstica se vuelve más difícil cuando todas estas diferentes formas de apareamiento se incluyen en el mismo concepto de matrimonio. Parte del problema estriba en que cuando la cultura occidental se niega a calificar cierto tipo de uniones de “matrimonio”, hay una injusta tendencia a considerarlas como relaciones menos honrosas o auténticas. Y por eso los antropólogos se muestran reacios a estigmatizar las uniones hombre-hombre o mujer-mujer...”
“...Por ejemplo, entre los kwakiutl, un hombre que desea adquirir los privilegios asociados a un determinado jefe puede casarse con el heredero varón del jefe. Si el jefe no tiene herederos, podría entonces casarse con el lado derecho o izquierdo del jefe, o con una de sus piernas o brazos...”
“...Está claro que estas uniones tienen diferentes implicaciones ecológicas, demográficas, económicas e ideológicas. Por tanto, nada se gana diciendo si son o no son “verdaderos” matrimonios.”
La cuestión es muy simple, tanto que a algunos asusta y sienten la ancestral necesidad de ocultarla tras un sacramento. Lo divino es incuestionable pues cuestionarlo sería una herejía, y ¡ay de ti! si El Santo Oficio anduviere cerca.
Por otro lado, hagamos una sencilla y divertida investigación filológica. La religión, su función, al menos tal y como la plantea la jerarquía católica, es, entre otras cosas, velar por la pureza de nuestros actos en aras de una protección de nuestra alma para la consecución de un lugar cercano a Cristo allí, más allá del espacio y del tiempo. ¿Qué palabra define al conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba? Muy sencillo, la misma que define el Diccionario de la RAE como “Tratado de cosas excrementicias”, es decir, excrementos y suciedades. Lo escatológico se refiere tanto a lo relativo a las postrimerías de ultratumba como a lo referente a la caquita. Y es que la lengua castellana, si no ha desligado ambos términos de una misma raíz, por algo será. ¿Por qué será? Pues porque las cosas de ahí arriba huelen mal.Y es que ya lo dijo Bertrand Russell mucho antes de que curas y demás ralea pisotearan el césped y las flores de la calle de Alcalá el pasado sábado, “Aunque cincuenta millones de personas digan una estupidez, sigue siendo una estupidez"

viernes, junio 10, 2005

Higos

En un macetero que tengo en la terraza, hace ya un par de años que viene creciendo una higuera. Supongo que habrá sido un pájaro, de los que vienen a bañarse en unos recipientes con agua que tengo en el macetero, que habrá aprovechado la ocasión para cagar ahí, dejando alguna semilla de higo que llevara encima. Es muy curioso porque comienza a ser muy voluminosa.
Ardo en deseos de que me dé higos.
El autocultivo, qué gran cosa es.
Qué cosa tan asombrosa la vida.
Además, ahora que el sol quema, la higuera me da sombra.