lunes, agosto 22, 2005

Bola de Nieve para los malos ratos


















Uno, de vez en cuando, se reencuentra con su pasado a través de lo que le va aconteciendo a los demás. Esta vez ha sido el amigo Lazlo quien trajo a mi memoria las penurias de la estación árida en la que uno desembarca cuando las cosas terminan a pesar tus propios deseos. Leo su blog y recuerdo cada una de las ocurrencias que surgían cuando trataba de explicarme a mí mismo por qué me pasaban a esas cosas. Contra todo pronóstico, el recuerdo no es amargo sino amable y, hasta cierto punto, nostálgico. Quizás lo que echo de menos de todo eso fuera la juventud que poco a poco se va escapando, dejando entrar la presión de las obligaciones de tener que buscarse la vida por cojones.
En cualquier caso, en aquellos tiempos de dolor y pasión, recuerdo con agrado las noches en mi habitación escuchando toda aquella música que era capaz de sacar de mí todas las lágrimas, que fueron muchas, para dejarme seco de autocompasión y poder retomar, así, mi vida.
Bola de Nieve, para esos menesteres, siempre fue y será todo un campeón.
Ya verás, Lazlo, cómo habrá otros senos que te mezcan al calor del hogar reconquistado.

No puedo ser feliz
no te puedo olvidar
siento que te perdí
y eso me hace pensar
he renunciado a ti
ardiente de pasión
no se puede tener
conciencia y corazón.
Hoy que ya nos separan
la ley y la razón
si las almas hablaran
en su conversación
las nuestras se dirían
cosas de enamorados
no puedo ser feliz

no te puedo olvidar.

Y qué bien la canta Bola de Nieve

lunes, agosto 08, 2005

Pequeño relato blando y automático




“Me acabo de afeitar los pelos del escroto”, escribió a su madre a modo de sms de buenas noches luego de haberse arrancado una muela. Estaba totalmente convencido de que aquella muela era un micrófono por el que estaba siendo espiado. No cabía duda, la gorra forrada de patata que recibió como regalo la semana anterior le dio la clave. Todo el mundo sabe que la patata funciona como un perfecto transmisor de ondas de radiofrecuencia; es vox pópulis, que diría mi vecina. Guillaume era un tipo normal hasta que se enteró de que Mel C de las Spice Girls estaba por él. Era hijo de un afrancesado labriego de Arbeteta, provincia de Guadalajara, descendiente de una noble estirpe de siervos de la gleba que, desde hace siglos se dedican en sus ratos de ocio a matar palomas a palos. Gustaba de coleccionar tubérculos y terruños y, en los otoños sombríos del Alto Tajo, se alquilaba como perro trufero.
La conspiración contra Guillaume quedó confirmada, sin fisuras, cuando comprobó que hasta los psiquiatras que le trataban en el sanatorio de máxima seguridad hacían como que no le creían. Le medicaban para tratarle de una psicosis que él no padecía. Estaba claro que había una campaña perfectamente orquestada para hacerle pasar por loco y, así, neutralizarlo.
Afortunadamente para él contaba con Tom Cruise como aliado. Alguien que pertenece a una secta con ese nombre ha de saber, por lo menos, muchas matemáticas. Además, era evidente que sus recientes declaraciones contra la psiquiatría eran mensajes en clave que le enviaba para advertirle de la infamia de la que estaba siendo objeto. No había, una vez más, duda alguna. Tenía que contactar con él como fuese.
En el psiquiátrico cometieron un error. No fueron conscientes de que permitiéndole ver la televisión le servían en bandeja el canal oportuno para entablar contacto con Tom. La vía fue Dawson crece. El enlace era Katie Holmes, la novia de Tom.
Después de superar las náuseas iniciales consiguió asimilar el exceso de almíbar y comenzó con la operación. Lo consiguió. Entre mueca y mueca, Katie, le mandaba señales, unas señales tan sutiles e inteligentemente elaboradas que ni Dawson era capaz de apreciar a pesar de ese color de pelo tan natural que lleva sobre esa cabeza que parece una estatua de la Isla de Pascua.
Una vez consumada la operación apagó el televisor. Había que procesar la información recibida. Cogió el enchufe y se lo introdujo en el ano. Sabía que, a pesar de lo excéntrico de la operación, ésta daría sus frutos. En efecto, se activó el mecanismo, su pene emergió del escondrijo en que estaba confinado a causa del bromuro que le administraban con la comida, y se irguió turgente y púrpura. Pero era más turgente y más púrpura que cualquier otro pene erecto jamás descrito con anterioridad, es más, le provocó una ceguera momentánea pues ese pene resplandecía con una fosforescencia de tan intenso púrpura que ya le hubiera gustado conseguirlo al principal productor de neones que abastece a los carteles de Times Square en Nueva York. Y Es que era un pene de rayo azul, un pene capaz de registrar cualquier información en soporte DVD. Tras unos segundos de admiración eyaculó un CD-RW con los datos de la base secreta del Sr. X; el preciado botín que Action Man trataba de encontrar por medio mundo.
La SGAE se enteró del asunto y puso en marcha toda su maquinaria legal para hacerle pagar un canon por aquel CD-RW. Pero no contaban con que Katie lo tenía todo previsto. Tom se puso a trabajar en seguida y puso en acción a su hombre en la península. Rodríguez Menéndez se hizo cargo de la defensa de Guillaume.
El edificio judicial que sustentaba el Estado de Derecho español se vino abajo inmediatamente por el seísmo provocado por tamaño enfrentamiento.
Por fin era libre. Pero esta circunstancia le granjeó enconadas enemistades con el gremio de ganaderos de Galapagar.